Mogging: qué es y cómo superar esta forma de acoso silenciosa
En los últimos años, ha surgido un término que empieza a ganar notoriedad en redes sociales: 'mogging'. Esta palabra, proveniente del inglés, se refiere a una forma de acoso que suele dirigirse a personas de baja estatura o que enfrentan inseguridades relacionadas con su apariencia física. Plataformas como TikTok, Twitter e Instagram han amplificado este fenómeno, al punto de convertirlo en una experiencia común —aunque dolorosa— para muchas personas.
El 'mogging' puede afectar a quienes tienen una estatura menor debido a factores genéticos, lesiones o condiciones médicas. No se trata solo de burlas explícitas: muchas veces toma formas sutiles, como miradas, comentarios disfrazados de chistes o actitudes que buscan hacer sentir “menos” a alguien por cómo luce. Aunque parezca inofensivo para algunos, este tipo de acoso genera ansiedad, vergüenza, aislamiento y baja autoestima en quienes lo sufren, conocidos como 'moggees'.
Un estigma que arrastramos como sociedad
Vivimos en una cultura donde la altura suele asociarse con poder, éxito y atractivo. Se valora más lo alto y se subestima lo “pequeño”, tanto en lo físico como en lo simbólico. Esta visión refuerza prejuicios que pueden derivar en burlas o actitudes despectivas hacia quienes no cumplen con ciertos estándares físicos.
Muchas personas altas ni siquiera son conscientes del privilegio que representa su estatura. A veces, sin querer, reproducen comportamientos tóxicos, como ignorar, sobrepasar o incluso ridiculizar a otros por su tamaño. Y esto no solo afecta a niños o adolescentes: también hay muchos adultos que arrastran desde la infancia complejos que nunca lograron resolver.
¿Cómo se manifiesta el 'mogging'?
El 'mogging' puede ser directo o disfrazado. A veces se manifiesta como bromas entre amigos, comentarios sobre la “baja estatura” de alguien en una reunión o incluso actitudes de superioridad física en espacios sociales o laborales. En otras ocasiones, se expresa a través de comparaciones o dinámicas donde una persona intenta hacerse notar a costa de otra, destacando su “ventaja” física.
Un ejemplo común ocurre en ambientes de citas o encuentros sociales: una persona puede usar su altura para llamar la atención o para opacar, de manera intencional o no, a alguien más bajo. En muchos casos, los 'moggees' ya llegan a estos espacios con cierta incomodidad o inseguridad, y el 'mogging' no hace más que intensificar esa sensación de no pertenecer.
Las cicatrices emocionales empiezan temprano
Aunque algunas personas lo vean como algo “divertido” o sin importancia, las burlas por la estatura pueden dejar huellas profundas. Estudios han demostrado que la altura puede influir en la autoestima, el estado de ánimo e incluso el desarrollo de trastornos como la ansiedad o la depresión. Según datos publicados por ScienceDirect, los sentimientos negativos relacionados con la estatura suelen comenzar en la infancia y mantenerse durante la adultez.
Las consecuencias más comunes del 'mogging' incluyen:
- Trastornos de imagen corporal
- Baja autoestima
- Aislamiento social
- Ansiedad o ataques de pánico
- Depresión
- Pensamientos suicidas
- Evitación de relaciones afectivas
- Abuso verbal, físico o de sustancias
Lo más peligroso del 'mogging' es que muchas veces se presenta como algo inofensivo, como una “broma entre amigos”, cuando en realidad puede tener efectos devastadores a largo plazo.
¿Cómo enfrentar el 'mogging' y recuperar la confianza?
Afrontar este tipo de acoso puede ser desafiante, sobre todo cuando las heridas vienen de años atrás. Pero existen herramientas para sanar, recuperar la confianza y dejar atrás el daño.
1. Reconocer los patrones de acoso
El primer paso es identificar cuándo estás siendo víctima de 'mogging'. A veces se disfraza de humor o de cercanía, pero si algo te incomoda o te hace sentir menos, es válido reconocerlo como violencia emocional. Conocer los tipos de acoso —incluso los más sutiles— te ayuda a poner límites más claros.
2. Aprender a decir “basta”
No siempre es fácil, pero expresar tu incomodidad es una forma poderosa de marcar límites. Muchas personas no se dan cuenta del daño que causan hasta que alguien se los hace ver. Si bien puede dar miedo, hablar es una forma de recuperar tu dignidad y tomar el control de la situación.
3. Hablarlo con alguien
No te guardes lo que sientes. Buscar apoyo emocional —ya sea con un amigo, terapeuta o grupo de apoyo— puede ayudarte a sanar. Expresar lo vivido y ser escuchado es una de las maneras más efectivas de transformar el dolor en fuerza.
4. Implementar soluciones prácticas
Algunas personas recurren a soluciones temporales que les brindan más confianza, como usar plantillas elevadoras en los zapatos o adaptar su entorno para sentirse más cómodas. También existen productos naturales que prometen favorecer el crecimiento, aunque su efectividad es limitada. Lo importante es que, si algo te hace sentir mejor contigo mismo, y no te daña, es válido.
5. Considerar una solución médica
Para quienes buscan un cambio más definitivo, existe la opción de la cirugía de alargamiento de extremidades. Este procedimiento puede aumentar hasta 15 centímetros de estatura en varios meses. No es una decisión menor, y requiere una evaluación médica rigurosa, pero para algunas personas representa una oportunidad de transformación física y emocional.
Una reflexión final
El 'mogging' es una forma silenciosa y muchas veces normalizada de acoso. No siempre deja marcas visibles, pero puede afectar profundamente la autoestima y la salud emocional de quienes lo padecen. Es momento de visibilizarlo, de hablar sobre ello y de crear entornos donde todos —sin importar nuestra estatura— podamos sentirnos respetados y valorados.
Nadie debería sentirse menos por cómo luce su cuerpo. La estatura no determina nuestro valor como personas. Somos mucho más que centímetros: somos historias, luchas, alegrías y dignidad.
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